Su enclave a 1.190 m de altitud, al pie de la muela y rodeado de bancales de cultivo de piedra seca, hacen de Ares una de los siluetas urbanas más singulares y bellas de la geografía valenciana.
Lugar estratégico que, a lo largo de los siglos, ha sido escenario de las diferentes culturas que la han poblado. Desde los asentamientos prehistóricos, hasta ser el segundo pueblo valenciano conquistado por Jaime I en enero de 1232, iberos, romanos y musulmanes han dejado su legado en Ares.
Las labores de restauración y conservación de su patrimonio, junto a la creación de rutas, hacen que el visitante pueda disfrutar de la interacción con el medio natural, descubriendo un entorno que permite conocer la herencia de un pasado ahora revalorizado y la vida actual de este municipio de interior.